jueves, 17 de enero de 2008

UN MOTIVO ESPECIAL PARA NO VIAJAR

Lo tenia todo a punto, pero presentía que algo iba a ocurrir, y que no podría volver a Nepal, durante un tiempo.
Mi madre no estaba bien y si me marchaba, me iba a sentir mal dejándola sola en casa, a pesar de que mis sobrinas estaban dispuesta a venir a casa y cuidar de ella.
Los acontecimientos se aceleraban. Hubo que ingresarla ya que una anemia la estaba debilitando a pasos agigantados. Al poco tiempo la diagnosticaron un cáncer de estómago, a la vez que el Alzheimer , la enfermedad del olvido, se iba apoderando de ella.
Lo cancelé todo. Había que quedarse en casa y cuidad de ella. Entre todos la arropamos, la quisimos y la hicimos vivir felizmente los últimos años de su vida.
Fueron tres años intensos. Echaba de menos Nepal, pero era mayor la fuerza que me mantenía en Madrid.
Una fría y soleada mañana de invierno, el 29 de Enero de 2005, mamá cerró sus ojos para siempre, rodeada de sus seres más queridos.




El cáncer y el Alzheimer se encargaron de tarsnsformarla.
Solo tres años de diferencia entre ambas fotografías

El tiempo pasaba inexorablemente y se me ofreció la oportunidad de regresar a Nepal.
En Octubre de 2005, regresé a mi segunda casa. Fue muy emocionante el reencuentro con las niñas. Muy emocionante !!!. La iba viendo a cuentagotas. Nos abrazamos con fuerza a pesar de que la demostración de sentimientos no sea su fuerte. Se nos saltaban las lágrimas de alegría.
Parecía como si el tiempo no hubiera pasado, todo seguía igual. Solo los más pequeñines habían crecido, y Asha, aquella pequeñaja que una vez se despidió de mí dándome un ramo de flores, y que me rehuía, la y la sentí mayor, y sobre todo me abrazó y me cogió de la mano. Algo impensable en tres años. Desde ese momento cada que que la veo en la distancia echa a correr para abrazarme.
Muchas cosas había ocurrido durante mi ausencia. Muchas de ellas muy tristes, ya que algunas de mis amigas habían dejado este mundo para siempre. El SIDA fue su pasaporte a la eternidad.. Me contaron sus agonías. Me contaron sus últimos días y sentí muchísimo de no haber estado con ellas. Había bailado con ellas. Me había reído con ellas y no pude acompañarlas cuando más lo necesitaron. Lo que sí se es que mantuvieron la sonrisa hasta el último momento. Me enseñaron una fotografía de Kabita. Una foto de un cuerpo completamente destrozado. Un cáncer de útero la descarnó interiormente. Parece ser que tenía tantos dolores que se arrancaba la carne a trozos.
Ver esa fotografía me produjo mucho dolor. Esa imagen se me ha quedado grabada en el fondo de mi retina.
Había que seguir viviendo.
Fue una vuelta para reencontrarme con el pasado. Seguí trabajando como siempre. Había nuevas niñas para ser atendidas. Nuevo personal que de ellas cuidaban, como Lilla, una guapa y dulce enfermera que lo daba todo por las niñas. Siempre con una eterna sonrisa y dispuesta a ayudar.
Sattigahta había empezado a cambiar de "habitantes". Más de la mitad de la chicas tenían problemas mentales. Otra lacra más en un país miserable. El tiempo que con ellas pasé, fue muy interesante.
Lo que sentí diferente, fue el silencio, comparado con el bullicio que las otras provocaban. Son chicas que se les pierde la mirada y que no reaccionan ante ante los estímulos externos. So muy simpáticas y cariñosas. La sonrisa es su arma de defensa.


Kavita mantuvo la sonrisa hasta el último momento a pesar del dolor que atravesaba sus huesos

3 comentarios:

Roger dijo...

Hola Pedro.

He llegado por casualidad a este blog, y luego no he podido despegarme hasta que lo he terminado de leer.

Tienes toda mi admiración y respeto por lo que has hecho y estás haciendo y te animo a que sigas con ello.

A pesar de que había oído sobre la prostitución en India, y que he estado cinco meses allí, no ha sido hasta llegar al Nepal y casi por casualidad que he descubierto la terrible realidad que viven muchas niñas nepalís y que destruye tantas vidas cada año. ¿Qué puedo decir? Me quedo sin palabras ante algo así.

Lo único que puedo decir es que, poco a poco, paso a paso, conseguiremos mejorar estas situaciones, entre todos. Tal vez, algún día sólo existan en nuestros recuerdos y no haya que llorar a ninguna otra víctima. Ojalá.

PEDRO dijo...

Gracias por el interés.
Se que mucha gente lee estas historias y simplemente pasan página.
Siento no ser tan optimista. Va a ser difícil que el ser humano se "humanice" !!!

Roger dijo...

¡Espero que sí! Creo que la educación juega un papel fundamental en ello. Por desgracia, la educación en la India y el Nepal y su visión social de la mujer da pie a su denigración. Con el tiempo, si la educación cambia el papel de la mujer también cambiará, como ha pasado en España. Quizá sea muy optimista pensar que nosotros veamos terminar esa transición, pero confío en que por lo menos veamos un inicio prometedor.

¡Un abrazo!